El avance y retroceso sobre las novedades de la actual pandemia reflejan sus efectos en los mercados. En este caso, el petróleo no está exento y es de los mayores afectados. Su precio desde hace un año atrás arrastra pérdidas y cuando el panorama aporta claridad, los nuevos contagios, restricciones o incluso problemáticas con la vacunación, afectan nuevamente el precio.
Este jueves el precio sufrió su mayor pérdida en un día desde noviembre, causada por este contexto especulativo de una recuperación mundial desigual.
Este efecto deriva de la sumatoria de sucesos que llevaron al precio de los futuros del BRENT y del WTI a $65,36 y $61,92 dólares el barril de petróleo. Ambos indicadores de referencia, alcanzaron la última semana máximos pre epidémicos de $71 y $67 dbp.
La caída en estos precios deriva del aumento de inventarios de crudo de EE.UU., el aumento en las solicitudes de beneficio por desempleo de la última semana en el mismo país y el aviso dado en las últimas horas por Italia y Alemania de nuevos confinamientos por una tercera ola.
Cualquier decisión por la pandemia tendrá efectos sobre la demanda mundial del petróleo y esto traerá consecuencias sobre el precio del mismo. Es por ello que las últimas semanas han sido marcadas por volatilidad en estos valores. Esto continuará siendo parte del escenario durante el año 2021, hasta tanto la demanda sea estable y sostenida.
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