Desde temprana edad, estamos acostumbrados a cumplir reglas que se nos han impuesto. Ahora bien, cuando nos incorporamos al mercado, tenemos absoluta libertad para decidir y somos nosotros quienes debemos establecer nuestra propia serie de reglas para ordenar la operativa y sacar el máximo provecho de ella. Es aquí cuando aparecen una serie de fallos y conflictos, puesto que no tendremos a quién responsabilizar más que a nosotros mismos.
Esta es una lista de los 3 errores (no estratégicos) que aparecen con mayor frecuencia:
-FOMO: por sus siglas en inglés –fear of missed opportunity– esta sensación hace referencia al miedo a perderse una oportunidad y al potencial arrepentimiento posterior por la oportunidad perdida. Como consecuencia, este estado emocional lleva a sobre exponer el capital en cuanta zona o intervalo de mercado sea posible o bien, participar tarde en un trade abriendo ordenes más cerca de un precio target que de un precio de entrada. Ser selectivos con nuestras intervenciones definiendo previamente las zonas y los intervalos de mejor potencial probabilístico así como tener siempre presente que el mercado dará nuevas oportunidades una y otra vez nos mantendrá alejados de caer en esta falla.
-Sobreoperativa: si bien puede relacionarse al primer fallo, esta característica está estrictamente relacionada a la falta de capacidad para aceptar las pérdidas; sobre todo cuando hemos sido pacientes, hemos aplicado correctamente la estrategia y aun así no logramos resultados positivos. La consecuencia es aumentar desmesuradamente el riesgo incurriendo en demasiadas operaciones que acumulan pérdidas irreversibles en períodos cortos de tiempo. Las pérdidas son parte del trading, mantener el enfoque en el mediano plazo y no intentar finalizar cada día de operativa en positivo o break even serán la clave para evitarlo, así como estipular un riesgo diario o semanal que nuestra cuenta permite asumir será imprescindible. El trader maduro controla las pérdidas, no intenta evadirlas.
-Rigidez con las expectativas: un buen análisis previo nos prepara para afrontar cada sesión, sin embargo ignorar todo movimiento o indicio contrario puede posicionarnos del lado incorrecto. Es trabajo del trader aprender a dominar el ego, ni podemos controlar el mercado ni siempre podremos predecir correctamente su movimiento. No se trata de tener la razón, aprender a operar lo que se ve y no lo que se cree o se espera marcará la diferencia en cualquier contexto de mercado. La flexibilidad ante distintos escenarios posibles y la velocidad de pivotar entre ellos denotan la diferencia entre el novato y el profesional.
El pilar principal para no cometer errores psicológicos es la confianza en un sistema detallado en tu plan de trading. La estrategia, la gestión monetaria y el control de los disparadores emocionales se pueden resumir en reglas y criterios concretos que quedan plasmados en el plan del trader. Este se ajusta periódicamente a medida que se van visualizando resultados, saber que se ha cumplido el mismo nos indicará si estamos avanzando por buen camino. La diferencia entre diseñar un plan idóneo y además ser capaz de cumplirlo sostenidamente separa al trader rentable del inconsistente.
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