Se ha escrito y hablado mucho acerca de mantener objetivos claros y siempre a la vista para lograrlos, acerca de no olvidar hacia donde uno se dirige cuando hace algo. De igual manera se aplica al trading y no hay nada de malo en esto, pero a veces el trader, visualizando correctamente qué quiere lograr, aparta atención del trabajo minucioso diario.
Entendemos perfectamente ideas como “no dejes que el árbol en frente te impida ver el bosque” pero, somos realmente conscientes de que si caminamos con la vista permanentemente fijada en el horizonte –la salida del bosque– no seremos capaces de sortear los obstáculos que se presenten en nuestro entorno más inmediato y cercano?
Si se camina con la vista en el suelo se pueden anticipar las irregularidades del camino. Actuar ante ellas así como defenderse de cualquier amenaza que aparezca repentinamente aunque con el riesgo de caminar en círculos sin llegar a ningún destino.
Y si, por el contrario, se avanza con la vista en el destino por encima del camino –bosque-, cada obstáculo –cada pozo, trampa, árbol– se va a interponer retrasándonos y probablemente no lleguemos a destino aunque sepamos a dónde queremos ir y dónde está ese lugar.
Este es otro gran desafío para el trader, normalmente en un equipo de trabajo hay al menos un rol de líder que se encarga de definir esos objetivos –destino– y coordinar un plan de trabajo para lograrlos –sendero a transitar-, mientras hay otros trabajadores que caminan atentos a las necesidades y tareas diarias a completar enfocados en su propia área de trabajo con la seguridad de que alguien más tiene la brújula y les advertirá si se están desviando.
Como trader intradiario tú eres tu propio gobierno. Tú eres tu propio líder y tu propio trabajador de primera línea, debes gerencia el área técnica, el área emocional y el área monetaria tú solo.
Tan importante como la visualización de un anhelo personal y las afirmaciones personales acerca de un objetivo que se tiene la intención de alcanzar es reducirlo a pequeñas tareas diarias que nos acercarán al mismo si se respetan sin importar que tan bueno o malo se presente cada día.
Ese enfoque en el presente, en lo que toca hacer hoy y ahora, habiendo definido de antemano la dirección en la que decidimos avanzar y la revisión periódica de nuestro progreso, representa el equilibrio en la metáfora de quien transita por el bosque.
Entonces al momento que el operador se conecta a su terminal, deja de soñar y visualizar para limitarse a operar con sus reglas y nada más.
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