Esta semana es considerada clave y límite, para conseguir alcanzar un acuerdo que logre ser ratificado por las partes a tiempo y entre en vigor a partir del 1 de enero próximo. Si bien la información entorno al acuerdo final no está dada, en los próximos días, seremos testigos del resultado. Por parte de la administración de Boris Jhonson, buscan un acuerdo de libre comercio que, en caso de no lograrse la salida acordada, económicamente implicaría un duro golpe.
Carolina Giudici Content Manager
Una salida no acordada, significa que deberàn regirse los aranceles que se encuentran establecidos por la Organización Mundial del Comercio. Es decir, la regulación del comercio entre las partes no gozaría de ningún acuerdo preferencial y posicionaría al Reino Unido, como cualquier otro intercambio comercial de la Unión Europea con otros países. Esto generaría grandes impactos para las inversiones de ambas partes, pudiendo provocar grandes pérdidas, en un contexto económico donde ninguna de las partes podría darse ese lujo.
Aun asi, los ultimos dias el gobiernos britanico ha realizado diversos anuncios preparandose para la salida final de la Unión Europea. Se encuentra en negociación un acuerdo comercial con Canadá y ya se ha anunciado a finales del mes de Octubre, un acuerdo con Japón. Se encuentran también negociando con Australia, Estados Unidos y Nueva Zelanda. Deberán actuar en consecuencia con otros países.
Otra cuestión muy importante resultante de la salida de la Unión Europea, es en materia de defensa. El Primer Ministro Bors Johnson, anunció esta semana que aumentarán, durante los próximos cuatro años, el presupuesto destinado a esta área. La permanencia en el bloque de la UE, generaba que el gasto público destinado a defensa, haya sido más acotado. Es por ello que, tras la salida, el aumento del presupuesto y la inversión en investigación y desarrollo, sean prioridad.
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